lunes, 19 de septiembre de 2011

Operación Independencia

Los rituales conmemorativos de la Independencia nacional se cumplieron en todo el país sin incidentes notables.

En el caso de la capital del país lo más llamativo fue la reducida presencia popular en la Plaza de la Constitución, la brevedad de la arenga desde el balcón central del Palacio Nacional y los gritos de rechazo que se produjeron contra Felipe Calderón.

El mismo 15, desde la mañana, se desarrolló una novedosa ofensiva tecnológica contra sitios de Internet del gobierno mexicano, particularmente contra el correspondiente a la Secretaría de la Defensa Nacional. Organizada por Anonymous, el nombre genérico de múltiples especialistas en asuntos computacionales que desde diversos países se asocian para echar a caminar protestas colectivas, la llamada #opindependencia denunció la difícil situación que vive México y, convocando a actuar contra ese lamentable estado de cosas, desató fuego virtual contra esas páginas oficiales, logrando dejar fuera de servicio a algunas a partir de la concentración masiva de solicitudes de acceso que hacían reventar la funcionalidad de los mencionados sitios.

A pesar del gran volumen de mensajes relacionados con esa operación independencia, Twitter se negó a incluir el tema entre las tendencias dominantes del día (los llamados trending topic, TT), en lo que, al imponerse sin explicación ni justificación, constituyó una censura. También fueron titubeantes y mendaces las versiones que algunas de las secretarías afectadas pretendieron dar de la caída de sus páginas, atribuyéndolas, en una verdad a medias, que fue una mentira a medias, a problemas técnicos derivados del agotamiento de su ancho de banda. Lo cierto es que esas páginas fueron atacadas en términos tecnológicos por una organización que así expresó su protesta por el mal gobierno que hay en México y quiso demostrar a los mexicanos la vulnerabilidad de los sistemas aparentemente bien montados de los poderes así repudiados.

Julio Hernández López / Astillero

http://www.jornada.unam.mx/2011/09/19/opinion/007o1pol

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